El vino es una de las bebidas más degustadas y solicitadas en la historia de la humanidad. Su elaboración y perfeccionamiento del proceso ha llegado a tal punto que cada comensal tiene la libertad de elegir cualquier botella en el mercado sin miedo a los defectos de fábrica que pudieran presentar. Sin embargo, hay algunos problemas del vino que son muy, pero muy poco comunes en el mundo. Para esos casos, aquí te dejamos 4 tips que ayudarán a detectarlos.
Tip 1: el olor a corcho es TCA
Todos los vinos implementan elementos de madera en su producción. El más emblemático es el corcho. Por desgracia, hay una molécula conocida como tricloroanisol (TCA) que se hace presente en los materiales por fabricación del tapón, incluso en el agua utilizada para la fabricación del vino. Su presencia le brinda un olor peculiar al vino, parecido a la humedad, a cartón mojado o a corcho, lo que lo hace poco favorable para su consumo. ¿Qué puedo hacer con botellas de vino contaminadas con TCA? Nada. Lamentablemente, la única solución es solicitar un cambio en la tienda.
Tip 2: sobre oxidación con olor a fruta pasada
Los vinos blancos suelen ser transparentes y con algunos destellos dorados, sin embargo, es probable encontrar algunos que sean claramente amarillos o marrones. Estas bebidas se han sobreoxigenado, por lo que las frutas en su elaboración saben más fuertes y se detectan pasadas de tiempo.
Este es uno de los problemas de vino más inconcebibles de nuestra actualidad, pues el error sólo pudo llegar en dos momentos: 1) cuando el vino estaba en fábrica, pasó mucho tiempo al aire libre, es decir, fermentándose de más; y 2) destapamos la botella y la dejamos a la intemperie sin ningún cuidado.
Tip 3: olor a azufre
Todos los vinos requieren un proceso de fermentación para brindarle sus atributos especiales. Sin embargo, este proceso debe detenerse en un momento determinado. Para ello, se usa una mezcla de azufre y oxígeno. En algunos casos, esta mezcla se distribuye en mayor cantidad dando como resultado una bebida contaminada. La mejor forma de detectarla es con el olfato. El aroma depende de cada persona: algunas lo relacionan con huevos podridos y otros con el olor a cerillos.
Tip 4: sabor a vinagre por acidez
El ácido acético está presente en todos los vinos, pero de forma imperceptible porque es un producto natural de la fermentación. Si lo notamos, es porque ha comenzado la acetificación del vino, es decir, el avinagramiento. Se detecta fácilmente con el paladar y el aroma: sabor a vinagre sin más. La buena noticia es que, si el ácido acético se encuentra en menor medida, basta con decantar el vino. La mala es que, cuando su cantidad es muy alta, lo mejor es cambiar de botella.
Los problemas del vino se han relacionado más con el proceso de elaboración, sin embargo, son poco comunes. No tengas miedo de elegir tu bebida favorita y si te preguntas qué puedo hacer con botellas de vino contaminadas, lo mejor es desecharlas y experimentar la mejor de las opciones.