En verano, todo debe tener hielo: nada más delicioso que una botella de agua helada, paletas de hielo, helados, esquimos e incluso cervezas. Pero ¿qué pasa con el vino? ¿Será conveniente beberlo en verano? Los verdaderos amantes de dicha bebida la disfrutan en cualquier momento. Entonces ¿existen vinos para verano? ¿Cómo hacer una selección de vinos para mis vacaciones? Aquí te contamos.
Maridajes para el verano
La creencia popular relaciona a los vinos clásicos con comidas calientes como carnes, guisados, caldos, legumbres y quesos curados. Sin embargo, ¿quién quiere caldos o guisados calientes en pleno verano? Aunque no lo creas, existen vinos tintos que combinan muy bien con otro tipo de platos más allá de las carnes guisadas. Y por supuesto, hay vinos blancos perfectos para el verano con los que podrás impresionar a tus invitados. A continuación, te daremos algunos tips sobre la selección de vinos para que logres detectar los vinos de verano que mejor combinan con tus recetas y se adaptan a los paladares más exigentes.
Vinos clásicos para vacacionar
Olvídate del tinto de verano y la cerveza fría, apostar por un delicioso vino en verano supone una manera perfecta para degustar los mariscos y platillos propios de una temporada vacacional. Si eres de los que no se pueden privar de tomar un vino clásico, apunta estos tres consejos elementales:
- Que sean ligeros
Los vinos para beber en verano deben ser ligeros. Con el calor de estos meses, vamos a disfrutar más vinos poco pesados y sin excesiva intensidad. Estos suelen ser los vinos clásicos blancos, rosados, tintos jóvenes, algunos tintos crianza y los espumosos. Los primeros son sumamente refrescantes mientras que los rosados son buenos vinos de verano, ideales para acompañar los platos más pesados como para los más ligeros.
Por otro lado, los espumosos, gracias a sus burbujas, ofrecen un matiz refrescante mientras que algunos tintos jóvenes, incluso crianza y afrutados, también permiten un buen maridaje para tus platos más veraniegos de pasta, arroz o barbacoas y parrilladas.
- Con poca graduación
En verano, bebemos más para refrescarnos, hidratarnos y mantener la temperatura. Pero si bebemos vinos con más alcohol, conseguimos todo lo contrario. Por eso, lo mejor es que tu selección de vinos priorice aquellos con una graduación igual o inferior a los 12,5 grados.
- Ten en cuenta la acidez
La acidez está estrechamente relacionada con el maridaje. ¿Lo sabías? Y es que los vinos ácidos equilibran una comida grasa. Por eso, dado que en verano las comidas son más ligeras, suaves y frescas, no necesitan vinos demasiado ácidos.
Además de todas estas recomendaciones, no olvides enfriar tus botellas durante el tiempo de relajación. Sólo cuida mucho mantenerlos a una temperatura indicada en el etiquetado; si subiera o descendiera más de lo habitual, el vino se estropearía.