Diamante el primer vino semidulce de Rioja

Diamante, el primer vino y la primera marca de Bodegas Franco-Españolas, marcó su origen como una bodega de blancos, algo singular en La Rioja, tierra de tintos, y con un fundador francés.

Cinco momentos mexicanos que brillan con una copa de vino Diamante
Publicado por mecheverria
1 de octubre, 2025

El vino Diamante es sinónimo de suavidad, frescura y elegancia. Pero también es un vino que se adapta, que entiende el contexto y que sabe integrarse a sabores intensos como los de la cocina mexicana. Aquí te dejamos cinco momentos muy nuestros que se vuelven aún mejores con una copa de Diamante.

1. Tarde de tostadas de ceviche

Unas tostadas crujientes, limón, chile, cebolla morada y pescado fresco. El vino Diamante aporta equilibrio, calma el picor y potencia lo frutal del platillo. Ideal para tardes largas y conversaciones sin prisa. Además, su acidez natural limpia el paladar y permite disfrutar cada bocado como si fuera el primero.

2. Comida con chile en nogada

En temporada, es imposible no rendirse al chile en nogada. Su mezcla de dulce, salado, cremoso y especiado encuentra un contrapunto perfecto en la acidez suave y el dulzor sutil de Diamante. Un maridaje que sorprende por su armonía y complejidad, convirtiendo cada mordida en una experiencia completa y profundamente mexicana.

3. Noche de tacos de camarón

Si hay marisco, hay oportunidad para vino blanco. Y si hay picante, mejor aún. Diamante aporta esa nota amable que refresca entre bocado y bocado. Perfecto para cenas informales que terminan en brindis. Su perfil semidulce reduce el impacto del picante y realza los sabores ahumados o a la parrilla.

4. Brunch con tamales de elote

Una opción dulce, tradicional y reconfortante. Los tamales de elote, al vapor, con crema o solos, se elevan con un blanco suave como Diamante. Sí, el brunch también puede tener vino. Este maridaje es ideal para una mesa relajada, donde el vino acompaña sin imponerse y permite que lo cotidiano se sienta especial.

5. Reunión con pan de muerto

En otoño, el pan de muerto pide café… o un blanco sutil. El vino Diamante acompaña bien los sabores de azúcar, mantequilla y flor de azahar. Es un cierre delicado y emotivo para una tarde con los tuyos. Su textura redonda y aroma frutal complementan la experiencia sin sobrecargarla.

Vino blanco y comida mexicana, una combinación que también habla de identidad.
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