Cuando llega el calor, hay sabores que se vuelven imprescindibles. El vino blanco Diamante es uno de ellos. En Bodegas Franco Españolas llevamos más de un siglo embotellando frescura, historia y estilo en cada copa. Y es en verano donde este clásico de Rioja se vuelve protagonista absoluto.
1. Una experiencia para saborear lento
Desde su perfil frutal hasta su toque semidulce, Diamante invita a detener el tiempo. Cada sorbo refresca y acompaña sin esfuerzo. Ya sea en una comida ligera, una tarde de terraza o un brindis en la playa, su versatilidad lo convierte en el vino blanco favorito del verano.
Cuando llega el calor, hay sabores que se vuelven imprescindibles. El vino blanco Diamante es uno de ellos. En Bodegas Franco Españolas llevamos más de un siglo embotellando frescura, historia y estilo en cada copa. Y es en verano donde este clásico de Rioja se vuelve protagonista absoluto, adaptándose a cada momento con una frescura que conquista.
2. Más que frescura: un vino con carácter
Detrás de su ligereza hay cuerpo, historia y tradición. El equilibrio entre acidez y dulzor crea una sensación redonda que agrada tanto a quienes inician en el mundo del vino como a quienes valoran una etiqueta con identidad.
Detrás de su ligereza hay cuerpo, historia y tradición. El equilibrio entre acidez y dulzor crea una sensación redonda que agrada tanto a quienes se inician en el mundo del vino como a quienes valoran una etiqueta con carácter. Diamante es accesible, sin perder profundidad.
3. Momentos que saben mejor con Diamante
Verano es sinónimo de planes espontáneos. Y Diamante está listo para todos ellos: picnics, tardes de amigos, reuniones en casa o incluso una comida improvisada. Su perfil amable hace que cada ocasión se sienta especial.
Desde su perfil frutal hasta su toque semidulce, Diamante invita a detener el tiempo. Cada sorbo refresca y acompaña sin esfuerzo. Su versatilidad lo convierte en el vino blanco favorito del verano, ideal para comidas ligeras, tardes de terraza, noches de playa o simplemente una pausa en el día para disfrutar.
4. Sírvete un verano inolvidable
Para disfrutar al máximo, sirve frío (entre 6 y 8 °C) y acompaña con ensaladas, quesos suaves o mariscos. Cada copa es una invitación a relajarte y disfrutar. Porque el verano no se mide en grados, se mide en brindis.
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