Pocos escritores han retratado el espíritu de la buena vida con tanta pasión como Ernest Hemingway. Apasionado por la tauromaquia, la literatura, el mar y… el vino. En su libro Muerte en la tarde (1966), el célebre autor estadounidense dejó constancia de su aprecio por un vino español muy particular: el blanco semidulce Diamante, de Bodegas Franco Españolas. Para quienes se inician en el mundo del vino o en la literatura del siglo XX, esta anécdota es una invitación irresistible a explorar la cultura, el sabor y la historia detrás de cada copa.
1. Una afinidad literaria con sabor a Rioja
Hemingway no solo vivió con intensidad: también escribió con ella. Y parte de esa intensidad se reflejaba en su fascinación por España, su gente, sus toros… y sus vinos. Durante sus estancias en el país, el escritor conoció y se enamoró de los vinos de Rioja, en especial del Diamante de Bodegas Franco Españolas. Esta conexión no solo fue personal, sino que quedó inmortalizada en la literatura.
2. ¿Por qué el vino Diamante lo conquistó?
En Muerte en la tarde, Hemingway escribió:
“El Diamante es un buen vino blanco que va bien con el pescado… El vino corriente es sensiblemente mejor que en Francia, puesto que no se adultera ni se manipula, y además vale tres veces menos. Creo que es con mucho el mejor vino de toda Europa.”
Estas palabras revelan lo que el escritor valoraba en un vino: autenticidad, calidad y carácter. El Diamante, con su perfil fresco y semidulce, ofrecía exactamente eso. Elaborado con variedades blancas de Rioja, este vino no solo acompañaba bien sus comidas, sino que reflejaba su espíritu libre y sin pretensiones.
3. Un vino con historia y personalidad
Bodegas Franco-Españolas, fundada en 1890, ya tenía una trayectoria consolidada cuando Hemingway lo descubrió. Su vino Diamante fue uno de los primeros vinos blancos embotellados en Rioja, y aún hoy se mantiene como una referencia clásica. Para quienes buscan una introducción al mundo de los vinos españoles, el Diamante representa una puerta de entrada perfecta: accesible, elegante y con una historia que lo respalda.
4. Una historia que inspira a descubrir más
La conexión entre Hemingway y el vino Diamante no es solo una anécdota: es una puerta hacia el encuentro entre la literatura y el vino, donde cada copa puede ser una historia y cada historia, una experiencia.
- Una lectura con sabor a vino: Si quieres profundizar en esta relación, una excelente recomendación es Muerte en la tarde, donde el autor no solo habla de toros, sino también de su vida en España y menciona explícitamente el vino Diamante como su favorito.
● Un viaje entre letras y copas: Leer a Hemingway es también descubrir cómo el vino formaba parte de su manera de entender la vida. Sus descripciones son crudas, sinceras y profundamente sensoriales, como el buen vino.
● Más allá de la copa: Esta historia no se limita a lo que Hemingway bebía, sino que nos invita a mirar el vino como un símbolo de autenticidad, placer y memoria.
El Diamante no es solo un vino que gustó a Hemingway: es un reflejo del tipo de vida que celebraba. Y acercarse a él es también acercarse a una manera más intensa de vivir y de contar historias.